23 de marzo de 2014

Cultura narco y tributo Marzo 2014

Cultura narco y tributo Marzo 2014


A lo largo de los años, se ha ido generando una percepción muy particular entorno a la vida de los delincuentes, pues la publicidad ha sido muy, muy eficiente para ensalzar la figuras del narco.

Es el sueño americano versión capo, ser holgazán, macho y despilfarrador sin límite ni conciencia; pero igual que el sueño americano, encubre una cruda y triste realidad que a muchos atrapa sin regreso.

La cultura narco nace como un escape de la realidad y como el anhelo de obtener aquello que honestamente no se logra pero se desea con desesperada urgencia y a que los humanos absorben todo, digieren todo y se adaptan a las circunstancias aun cuando sean adversas. De ésta cultura nacen los personajes convertidos en iconos o en Santos y Patronos que solo contribuyen a crear modelos de conducta.
En regiones con menos acceso cultural, los jóvenes adoptan sus patrones del medio que les rodea, y si no tiene diversidad de música, moda o modelo a seguir, simplemente absorben lo que en su naturaleza identifican como muestra de rebeldía.
Mientras que en el entorno político, los que inician luchando por una causa social, sucumben a la aplastante presión de gente adinerada y sin escrúpulos, provocando de esta forma que el criminal se apodere del sistema.

De que lloren en mi casa, mejor lloren en la tuya” decía un refrán que deja de manifiesto el cruel razonamiento social de la época; sin ser sentimentalistas, podría plantearse como hacerle para que no lloren en ambas... ya que después se deforma el refrán a: "de que tengan hambre en la mía, mejor que lloren en la tuya..." y así se descompone la noble sociedad.

La guerra contra el narco solo ha beneficiado a los proveedores de armas, empresas de seguridad, agencia de inteligencia, a algunos mercenarios que obtienen contratos especiales, a grupos delictivos con la eliminación de competencia, a algunos servidores públicos que se sirve de las arcas del estado. Y claro también se beneficia el gobierno con un éxito más, similar a los videojuegos, donde lo importantes es coleccionar reos o cadáveres y entre más famoso sea, más ranking se gana; sin contar el valor agregado que implica tener a la sociedad en un estado de shock permanente y pasivo.

Pero el punto es que no se ha debilitado al narco. Ni atrapando al Chapo o matando a otros cabecillas pues la organización del crimen organizado no es un enjambre, es más bien una estructura para-militar descentralizada y donde conviven con diferentes entes intercambiables.

La venta de narcóticos se mantendrá vigente de manera legal o ilegal por siglo, a menos que disminuyan los consumidores. Los criminales pueden o no existir todo depende de la hostilidad del mercado y la impunidad de las leyes. Si no, echen un vistazo a Italia (que por cierto nuestro gobierno ha recibido sugerencias de ellos también) den una vuelta por los puertos, plazas y suburbios y descubran lo prolíficos y diversificados que están los capos con beneplácito de las autoridades (desde luego sin derramar sangre o violencia, pero si “obras sociales”).

La tarea que queda es abrirnos a este mundo globalizado, derribar tabús y educar a las generaciones en turno, con conciencia, respeto, tolerancia y creatividad. Pues ya está demostrado que un individuo que se siente aceptado, es más consciente de lo que acepta y de lo que no.

La chancla voladora solo entrena para comprender, que el que manda tiene derecho a la violencia y que la violencia es el único método de imponer respeto; pero también enseña que mediante el chantaje se puede cambiar la dirección de la chancla en incluso arrebatarle migajas de amor. Y sin ser genios podemos ver la similitud de esta mentalidad con la de muchos hombres nada respetables que encumbran las filas criminales, la política y las leyes; y otros muchos miles más amaestrados para aceptar esta realidad como única e inequívoca sin indignarse.

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