22 de noviembre de 2012

Moreira pretende limpiar imagen de corrupción con corrupción

Exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira Foto: animalpolitico.com


publicado el 21 de noviembre del 2012 en Los Angeles Press

Moreira se equivocó de tiempo... y de canal.

José Luis Camacho Acevedo*

Columna

Humberto Moreira, como imagen pública negativa, es cosa juzgada.

Por diferentes motivos, tal vez en algunos casos por cuestiones más graves o punibles que la corrupción del ex gobernador de Coahuila vía el pavoroso endeudamiento en el que sumió a su estado, también son asuntos de imagen pública juzgados negativamente Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps, Genaro García Luna, Juan Ignacio Zavala alias Hildebrando, Juan Manuel Oliva Ramírez, Mario Villanueva, Marcelo Ebrard y una infinidad de personajes que han dejado a México al borde de un precipicio de pobreza más peligroso que el precipicio fiscal que enfrentan los Estados Unidos.

Pero en la mayoría de los casos de la galería de la corrupción que se ha mencionado líneas arriba, esos personajes han pagado con cierta sumisión el costo de la crítica y no han protagonizado numeritos increíbles en defensa de su imagen, menos de su inocencia.

El video que se mandó grabar Humberto Moreira para convencer a la sociedad mexicana que “fue engañado por sus colaboradores en relación al asunto de la deuda coahuilense contratada con documentación falsa y con la complicidad de funcionarios de hacienda y de su director del SAT versión Saltillo”, es una pantomima que ofende el sentido común de los mexicanos.

De Milenio y de sus polizontes editoriales Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, convertidos en portavoces de Moreira, y que abusan inmisericordemente de la ingenuidad provinciana de mi amigo Pancho González, no se puede esperar otra cosa.

Ciro y Marín son ya también cosa juzgada.

El punto es que el affaire Moreira, que ya está igual de necrófilo que los comunicadores que escogió como sus voceros, (de a cuánto, eso nunca se sabrá, por supuesto) afecta directamente la de por sí ya cuestionada toma de posesión de Enrique Peña Nieto. A 9 días de asumir la presidencia de la república el mexiquense se enfrenta ya a una incómoda agenda contingente.

1.- El Caso Tres Marías volviendo a treparse como un asunto de seguridad nacional y conflicto diplomático que sabrá Dios hasta donde vaya a llegar.

2.- El resurgimiento de Andrés Manuel López Obrador al demostrar que tendrá partido y medio para luchar en el 2013. MORENA completamente a sus órdenes y la mitad del PRD también.

3.- La versión de que el periódico El Financiero fue comprado por un familiar cercano del líder panista en el senado, Ernesto Cordero Arroyo quien sigue siendo la cabeza de playa del calderonismo en el final de su sexenio y el principio del regreso del PRI a Los Pinos.

4.- La crisis económica encubierta que mantiene a México arriba del 4% de inflación y con el menor crecimiento que haya presentado desde los tiempos de Miguel de la Madrid.

5.- Carlos Slim presionando para que la COFETEL y la COFECO se conviertan en sus gestores para que pueda cumplir su obsesión de tener un Canal de TV abierta y, como Berlusconi, lanzarse desde allí a la busca del poder político.

Y ahora sale Moreira con su numerito tripulándoles el cerebro a los "maiceados" de Ciro y Marín en Milenio con el video que pretende sugerir que él es víctima de sus corruptos funcionarios que lo engañaron.

Moreira quiere dar una imagen de que regresa a la política, con todo lo negativo que ello representa, y rápido se encontró a los tarugos, caros pero tarugos, que le hicieron el juego. Moreira está en su derecho a defenderse. Y lo está haciendo a costa de enturbiarle el momento estelar de su vida a quién lo encumbró al liderato del PRI nacional, Enrique Peña Nieto.

Ya hace tiempo Moreira dejó ver que tiene un compromiso mayor con Elba Esther que con el mismo Peña Nieto.

Unas semanas después de que saliera a la luz el asunto de la deuda contratada por medio de la falsificación de documentos, la gente cercana a Moreira festinaba de manera imprudente que los jefes reales del PRI habrían negociado con la PGR, vía un importante subprocurador, que su líder no sería tocado nunca.

Pues si eso fue cierto, Moreira, además de ser un imprudente, un ingenuo montador de videos y un estúpido a la hora de escoger tiempo y canal de televisión para proyectar su inocencia, se pone en riesgo con Enrique Peña Nieto a quien le mueve las aguas de manera gratuita.

Todo tiene su momento y su lugar. Y Moreira y sus portavoces escogieron mal.


 *El autor es columnista político en México.
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